Sexto chakra (Ajna chakra o tercer ojo)

123RF
  • Color: índigo
  • Elemento: luz
  • Símbolo: loto de 96 pétalos
  • Sentido: todos los sentidos y las percepciones extrasensoriales
  • Expresión mental/ espiritual: trascendencia, conciencia universal, poder de la mente
  • Expresión corporal: rostro, ojos, orejas, nariz, sistema nervioso, cerebelo, glándula pituitaria
  • El significado del tercer ojo no se puede transmitir enteramente, porque está en cada uno como nuestra verdad universal y eterna, más grande que los conceptos, la razón o las palabras. Es el centro desde donde percibimos la naturaleza trascendente del mundo, conectándonos con la totalidad de la existencia. Ajna chakra, el sexto de nuestros chakras principales, significa en sánscrito “centro de percepción”. El tercer ojo significa también un despertar a esta realidad mística que nos permite estar en sintonía con una fuerza trascendente y fluir con ella a través del desapego, la confianza, la intuición y el contacto con lo divino. En su forma más elevada esta energía nos lleva a desprendernos de nuestro ego y a ser de nuevo conciencia pura.
  • Ajna chakra ha sido traducido del sánscrito también como “centro de control”. El sexto chakra representa el poder de la mente. Es la rueda energética relacionada con la razón, con las capacidades mentales y cognitivas, con la concentración, la memoria y el intelecto. Es desde allí, también, donde dirigimos nuestra mente hacia la espiritualidad y universalidad. Necesitamos de un entrenamiento espiritual, que comienza con el control de la mente para aprender a dirigirla adecuadamente hacia la libertad, la intuición y la expansión.
  • Si el quinto chakra es masculino porque si bien es un nivel de conciencia metafísico que nos conecta con nuestro ser colectivo, también nos conduce a la acción (como expresión, comunicación, creación), el sexto chakra es diferente. Implica la autoobservación, la atención permanente, la despersonalización y la disciplina holística para honrar todos los aspectos de nuestro ser. Sin embargo, implica también y fundamentalmente una conciencia que además de autoconciencia para el desarrollo espiritual también significa abrirse a una realidad trascendente a la cual pertenecemos. Estas cualidades son femeninas: soltar, aceptar, confiar, recibir, fluir y expandirse.
  • Esta rueda energética aporta la percepción holística del ser y no dual de la realidad. Percibimos planos de la existencia más sutiles, lo cual nos da una visión espiritual de lo que sucede en el mundo físico. El tercer ojo evoca la noción filosófica india según la cual la parte contiene al todo y el todo contiene a la parte: así como una semilla de una planta contiene la información completa para su desarrollo. Es, también, el punto donde converge toda la existencia, el conocimiento universal y las leyes sagradas.
  • Una vez hemos adquirido cierta conciencia de la responsabilidad que tenemos sobre nuestros pensamientos (que movilizan energía, crean nuestras emociones, y a su vez repercuten en nuestra salud física y en nuestro campo energético), en nuestro nivel de bienestar desde un punto de vista holístico, en nuestro desarrollo integral y libertad espiritual, comprendemos cómo la mente es lo más urgente a entrenar, pues nos aleja o nos acerca de nuestra realización humana y espiritual. Por este motivo, también, prácticas como la meditación es tan central para la tradición yóguica.
  • Con el sexto chakra nos conectamos con la sabiduría de la totalidad y alcanzamos el estado de yoga, de unión con el universo, que es nuestra verdad. Es desde este centro energético donde tenemos acceso al punto de nuestro propio ser que forma parte del infinito y que nos lleva a niveles de conciencia superiores. Este ojo espiritual percibe las cosas como son, sin los filtros, interpretaciones ni divagaciones de la mente y es el punto en nuestro ser que tiene la facultad de “ver” más allá de los sentidos. Se trata, digamos, de tener la capacidad para trascender la visión individual y de alcanzar el punto de vista universal. Para esto debemos aprender a percibir la existencia de una realidad superior de la que formamos parte y vivir de acuerdo con ella a través del trabajo interior, el desapego, la gratitud, la confianza y el amor.
  • El sexto chakra representa el desarrollo de una conciencia que nos abre a una realidad trascendente, o a una conciencia universal. Esta energía, que pertenece a nuestros chakras superiores, es decir a aquellos de naturaleza espiritual, colectiva y sutil, implica precisamente en el desarrollo de una percepción que deja de estar anclada en la razón individual. Nuestra mente no sólo es limitada, porque es incapaz de ver una realidad superior, que es la verdadera naturaleza del ser. También es la responsable de que vivamos en la ilusión de ser un cuerpo y una mente y en general un individuo separado de todo lo que existe.
  • Su funcionamiento se relaciona también con la alineación con la sabiduría universal, la facultad de creación artística, el desarrollo de facultades mentales, visión extraordinaria de cuerpos energéticos, las facultades psíquicas, la comunicación a través de sueños, las visualizaciones o la comprensión de señales espirituales. El refinamiento de estas facultades puede llevar además al acceso a una sabiduría que va más allá de la experiencia personal y que se alimenta de una única fuente de conocimiento universal donde está todo el conocimiento humano y trascendente.