¿Qué es yoga?

El yoga es equilibrio y unión. 123RF

Yoga significa unión, en sánscrito: mente, cuerpo y espíritu recuperan su unidad esencial con lo divino. Pero si hay otro concepto que defina la esencia del yoga es el equilibrio. El yoga trae equilibrio a nuestras vidas, que es el estado necesario para que el cuerpo físico y los cuerpos sutiles que identifica la anatomía yóguica estén libres de bloqueos, enfermedades y funcionen a sus máximas capacidades. Ese equilibrio es también lo que buscamos para sentirnos con energía vital pero con serenidad mental, conectados con nuestro ser físico y trascendente.

Se originó en lo que es hoy la India hace más de 5000 años, como una ciencia de la vida para conservar la salud física, lograr la ecuanimidad mental y emocional y responder a preguntas filosóficas universales como la verdad sobre la existencia y el universo, el origen del sufrimiento y la manera de alcanzar la felicidad como un estado interior. Durante siglos se ha implementado como un sistema psicológico, médico y espiritual.

Llamamos “yoga” a las prácticas, entre las que se encuentran posturas (asanas), meditación, respiración (pranayama), kriyas (limpiezas), mudras (sellos energéticos), kirtan (cantos), mantras, rituales. Pero el yoga, como medicina holística que induce los procesos naturales de sanación y salud de la anatomía física y espiritual, como sistema psicológico y filosófico, que busca el bienestar, la paz interior, la expansión de los límites, implica todo un estilo de vida que involucra la observancia de pautas éticas, principios de vida y regímenes de alimentación. Por eso se dice que el yoga es una disciplina.

Pero el yoga es tanto un camino como un fin. Pues esta disciplina busca precisamente el yoga: la reunificación con nuestro ser trascendente. Es lo que en algunas tradiciones se define como iluninación o moksha, es la superación de nuestra limitada identidad individual y la unión con la sabiduría, la inmortalidad y la dicha de la conciencia universal. Volver a ser lo que ya somos, aunque lo hayamos olvidado, que es existencia pura. Para la tradición espiritual del yoga la evolución espiritual significa superar la ignorancia sobre nuestra esencia divina. Esta conciencia universal (que puede ser definida también como dios, o la totalidad) es la única verdad y lo único que existe.

Una de las prácticas centrales del yoga, tal como es practicado en la actualidad, son las posturas . Más aún: como en la actualidad dicho tipo de yoga es el más difundido en el mundo, al punto en el que la palabra “yoga” se utiliza como sinónimo del hatha yoga, las posturas son (más que nunca antes en la larga historia de la disciplina) el elemento al que más preponderancia se le da en la actualidad. Por lo tanto, la palabra “yoga” se utiliza hoy de una forma imprecisa para denominar diferentes estilos de yoga de posturas. No podríamos tampoco clasificarlos todos como hatha yoga, pero por lo general combinan técnicas y principios de éste.

A este respecto es importante hacer dos aclaraciones. Por una parte, que el yoga es más que la práctica de asanas y este que ha sido practicado tradicionalmente como un sistema más amplio de realización espiritual; siendo las posturas quizás de menor importancia con respecto a otras formas de yoga. En el Bhagavad Gita se habla de cuatro caminos principales de yoga, únicamente uno de los cuales es el raja yoga, que habla del control del cuerpo y de la mente y puede hacer referencia a las posturas. En los Yoga Sutras, Patanjali define el yoga como un método que comprende ocho componentes (de ahí el concepto de ashtanga, que quiere decir ocho pasos), uno de los cuales son las asanas.

Por otra parte, que incluso el hatha yoga , el yoga de las asanas por excelencia, es más que únicamente posturas: tradicionalmente incluye también pranayama (los ejercicios de respiración y la respiración consciente y meditativa, para controlar la mente, oxigenar las células y potenciar siempre el flujo del prana o energía vital), las técnicas de limpieza del cuerpo (ya que el yoga busca purificación de cuerpo para facilitar el desarrollo espiritual y va de la mano de una ciencia de la salud que hace énfasis en la eliminación de toxinas como requisito para la prevención de enfermedades), bhandas, mudras.

Hay quien lo asume como una manera de trabajar el cuerpo y quien lo practica para trascender el mismo; quien lo sigue como una disciplina rigurosa y ascética y quien lo vive como una vía expansiva hacia el amor y alegría; hay quien llega a él para tratar dolores físicos y quien ha descubierto un maravilloso camino hacia la conciencia y el despertar espiritual. Podría decirse que el yoga es todo lo anterior y mucho más, que tiene tal variedad de escuelas e interpretaciones que cualquier espacio para hablar de él resulta limitado, y que conlleva tan profundos beneficios, que sólo se puede conocer realmente a través de la experiencia.

Hay diferentes opiniones en torno a cuáles son los aspectos principales de este sistema filosófico y científico. Algunos dicen que la meditación, otros que la respiración, otros que se debe empezar por el cuerpo para trascenderlo. Los textos tradicionales tienen diversas lecturas posibles. Patanjali recogió las técnicas en un sistema de ocho pasos, todos igualmente importantes. El Bhagavad Gita habló del control de la mente y el cuerpo, el amor activo, el conocimiento y el trabajo desinteresado. Todos llevan al mismo camino. Son diferentes y complementarios métodos para un mismo fin: la evolución del ser.

El yoga es apropiado para todos, no importa la edad, o el estado físico. Es independiente de las creencias de cada cual, porque no un dogma o una religión, si bien tiene elementos comunes con algunas tradiciones religiosas. Podría decirse entonces que es un sistema psicológico, filosófico y científico. El yoga nos ayuda a enfocarnos, a fortalecer la capacidad de goce y la fuerza de voluntad, a regular los procesos metabólicos, a aumentar la agilidad y la elasticidad, a desintoxicar el cuerpo, a revitalizar cada órgano, a estar siempre jóvenes. La salud está en nuestras manos, así como la dicha, el gozo y el crecimiento espiritual.